Don't try to fuck me. I'll fuck you first

martes, 14 de diciembre de 2010

<<No puedo más. Lo digo en serio, se acabó. Me desinflo quince o dieciséis veces al día. Tienen que inflarme prácticamente cada hora. Estoy siempre enfermo y lo odio. Esto no es vida.>>
   -No, no -dije, mientras se me nublaba la vista y las lágrimas brotaban de mis ojos--. Verás como todo se arregla.
 << No, no lo creo. Y no se trata de que vaya a morir , sino de dónde. Y lo he decidido:
Quiero ver hasta dónde puedo subir. Comprobar si es cierto que el cielo se abre al final>>.
              No recuerdo qué más le dije. Muchas cosas, supongo. Le pedí que no lo hiciera, que no me abandonara. Le dije que no era justo, que él era mi único amigo, que siempre me había sentido solo. Seguí hablando hasta que rompí en sollozos y Art me pasó su arrugada mano de plástico por los hombros y yo hundí mi cabeza en su pecho. 
Cogió los globos y se los ató alrededor de la muñeca. Yo agarré la otra mano y juntos caminamos hacia la orilla del mar. Rompió una ola que me empapó las zapatillas. El agua estaba tan fría que me dolieron los huesos de los pies. Entonces lo levanté, lo sujeté con ambos brazos y lo dejé ir.


Espero que, si hay otra vida después de ésta, no nos juzguen demasiado severamente por lo que hicimos mal aquí.
Que nos perdonen los errores que cometimos por amor. Estoy seguro de que aquello, dejar ir a alguien así, tiene que ser un pecado.

Art se elevó y la corriente de aire lo zarandeó, de manera que mientras sobrevolaba el agua con el brazo izquierdo levantado sosteniendo los globos me estaba mirando. Tenía la cabeza ladeada, con expresión pensativa, como si me estuviera estudiando..."
¿Qué pasó?¿Se quedó sin aire?
-Se quedó sin cielo.


Joe Hill,    "La ley de la gravedad".   Fantasmas.

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